21/4/08

Mejor muerto que vivo

Su obra les costó muy cara, la sacaron adelante con un gran esfuerzo y sufriendo enormes dificultades económicas y de ausencia de reconocimiento. Después, póstumamente, su trabajo empezó a disfrutar de atención. Cuando esa atención creció, aparecieron sus estudiosos, sus reseñadores, sus comentaristas... algunos de los cuales consiguen con eso mucho más reconocimiento y dinero que el autor que les ocupa. Resulta irónico y hasta cruel y sin embargo, sin éstos, aquéllos quizá siguieran siendo desconocidos. Paradojas.

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