20/7/07

fantasmagórico


Mario Bellatin hablando de su trabajo:
" No podría decir que trabajo de una sola manera. Con cada libro hallo nuevas formas de construir y de relacionarme con el texto. De hecho, de cada una de estas experiencias existe no sólo el libro que ha sido publicado, sino otro que yo llamo fantasmagórico. Es decir, una obra alterna a la editada que, bajo el mismo nombre, contiene la versión privada de los hechos".

foto: www.elpais.es/recorte. php?xref=20060506elpbab...

13/7/07

No se escribe, se limpia.


…”Y abajo, después de mucha tierra, muchos caparazones de insectos, muchas hojas, muchas raíces, muchas piedras, el libro. Que no se escribe, se limpia. Una ocupación de minero sin linterna en la frente hasta encontrarnos con las personas y nosotros en medio de ellas. Una profesión de silencio hasta que nos toquen las voces. ¿De qué trata su libro? No sé de qué tratan mis libros, no sé para qué sirven. No es eso lo que me interesa. No hablo sobre ellos porque no me es posible hablar sobre ellos. Son máquinas que se me escapan. Aparatos de los que no tengo el manual de instrucciones. Son mi desánimo y mi alegría. ¿De qué trata su libro? Pues bien, para empezar ni siquiera es mío. Andaba por ahí, lo capturé. Es decir, lo fui capturando a medida que lo escribía. Es un error leerlos, me parece. Se deben husmear como hacen los animales e ir excavando, excavando. Antonio Lobo Antunes, Traducción de Mario Merlino, Babelia 30/06/2007

11/7/07

la página o la vida

Estaba en el convencimiento de haber elegido la vida, pero lo que había elegido era la página siguiente. Robando tiempo para escribir historias, nunca se detuvo a preguntarse qué era lo que el tiempo podía estarle robando a él. Poco a poco –pero sólo así, poco a poco- , el perfeccionamiento de su utillaje literario empezaría a antojársele una evasión de la experiencia; y una grave forma de encarcelamiento los medios que llevan a la descarga imaginativa, a la exposición, revelación e invención de la vida. Creyó haber elegido la intensificación de todo, y lo que en realidad había elegido era la vida monacal y el retiro. Había una paradoja inherente a su elección, aunque él no la percibiera en principio. Años más tarde, tras haber asistido juntos a una representación de Esperando a Godot, le dijo a quien entonces era su solitaria mujer:
_No veo dónde está la angustia. Es como un día cualquiera en la vida de un escritor. Sólo que sin Pozzo ni Lucky.

Más Zuckerman, más Philip Roth; también de Lección de Anatomía.