27/4/08

Juego de angeles y demonios

Umbral, que por fin descansa en paz, no necesita tramas, él mismo y su vida es el argumento sin que eso presuponga mayor ombligo o vanidad (ni siendo el ególatra que a veces nos dió la impresión de ser y que acaso sólo fuera el personaje con el que se vistiese). Antes de irse, nos ha dejado Cartas a mi mujer, una buena manera de despedirse. Mientras que Umbral se despoja de la trama (él dice que también del argumento, pero me parece que sus libros siguen conteniendo argumento, argumentos) Ruiz Zafón, en cambio, es casi exclusivamente trama (aunque él pueda algún día, si le apetece, optar por escribir de otra manera y de otras cosas). Ambas (y otras tantas, todas las posibles) son maneras aceptables de hacer libros. Es bueno encontrar en la tienda pan y caramelos, verduras y bombones, agua, vino, leche y licor, cosas con las que nutrirse y chucherías, frutas deliciosas que son alimento y regalo, y que cada cual llene su cesta con lo que más le apetezca; ¿o es que los humanos hemos dejado de ser omnívoros? Resulta lamentable tener que defender esta obviedad, que en los espacios literarios de los medios, se abanderen y proscriban opciones, se otorguen o retiren credenciales de nobleza. Aunque sea algo que sucede en todos los ámbitos, en el de los libros me resulta aún más lamentable, decepcionante.
A riesgo de parecer equidistante, os recomiendo L'home manuscrit de Bauxauli, extraordinario libro que en una primera parte nos presenta a un escritor que tampoco necesita hacerse rehén de argumentos y tramas, y que al final es un libro que la tiene, a la vez un ejemplo de metaliteratura, de reflexiones vitales, y también una aventura. Delicioso. Cuánta envidia me dan estos tres.

21/4/08

Mejor muerto que vivo

Su obra les costó muy cara, la sacaron adelante con un gran esfuerzo y sufriendo enormes dificultades económicas y de ausencia de reconocimiento. Después, póstumamente, su trabajo empezó a disfrutar de atención. Cuando esa atención creció, aparecieron sus estudiosos, sus reseñadores, sus comentaristas... algunos de los cuales consiguen con eso mucho más reconocimiento y dinero que el autor que les ocupa. Resulta irónico y hasta cruel y sin embargo, sin éstos, aquéllos quizá siguieran siendo desconocidos. Paradojas.

5/4/08

La Primavera y la Muerte

Creyó que era su mejor libro y lo presentó a un certamen que no lo reconoció. Lejos de desmotivarse, escribió (con entusiasmo primaveral) a su editor que lo reescribiría y sería una obra maestra. Durante años y años hizo nuevas y modificadas versiones. Llegó la muerte y no había concluido la versión definitiva. (¿Quedó superada por su exigente pretensión de lograr una obra maestra?) La versión que se editó póstumamente (con apéndices que nos permiten conocer las diferencias entre las distintas y sucesivas versiones, a cargo de Nuria Folch de Sales) es una obra excepcional, original, tanto como para incluso parecer extraña. El horror y la poesía entreveradas, algo por completo distinto a la Plaça del Diamant. Ahora que se celebra el centenario de Mercè Rodoreda, espero que este libro y su autora consigan la atención que se merecen.