28/11/09

Misterios



“Me van apareciendo”, dice Gamoneda.
Esos inesperados encuentros, regalos que no sabemos quién o qué nos los ofrece y que nos vuelven a recordar la dimensión mágica de nuestra vida. Inspiraciones súbitas. Gamoneda también ha recibido ambos tipos de regalos : “Me encuentro un día paseando, después de seis, ocho o nueve años en los que casi no he escrito poesía… de repente el libro se me aparece sin forma ni figuras, sólo un renglón de palabras: ‘el óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición’, y Gamoneda comprende que tendrá que escribir Descripción de la mentira.

2/11/09

lo que pasa por la cabeza



…”Seguro que usted no garabatea lo primero que se le pasa por la cabeza y se lo manda a su editor. Seguro que medita las cosas. Seguro que las revisa. ¿No es en sí la escritura cuestión de meditar, de pensar, de repensar y vuelta a empezar?
_ “Por supuesto que sí. En eso consiste la escritura: en meditarlo todo a la enésima potencia. (Fragmento de El hombre lento, de Coetze)



Pero en otro fragmento de otro Coetze (Elizabeth Costello), podemos leer:
…”sospecha que sus respuestas serían tan poco interesantes como las de cualquiera. Es una escritora, no una pensadora. Escritores y pensadores: la noche y el día. No, la noche y el día no: los peces y las aves.”


Si hay que repensar antes de volcarlo por escrito, y un escritor no es un pensador, entonces ¿qué es lo que tiene que pensar tanto? El modo de decirlo.