1/5/12

reescribiéndonos

El pasado se puede reescribir. El pasado personal, también. Escribir y reescribir, como se escribe y reescribe la historia. A golpe de nuevo descubrimiento o de nueva interpretación más acorde a los tiempos. La biografía, también. La autobiografía, desde luego. Vamos cambiando y dejamos de ver las cosas del mismo modo que las habíamos estado viendo. Ni siquiera es necesario introducir modificaciones en el sentido de alterar "la verdad", basta con pretender cambiar la forma de presentar los hechos o las circunstancias. La presentación de los hechos se puede tramar de una u otra forma. La interpretación, no digamos. La relectura, siempre. Heráclito podría sustituir el río de su sentencia por un libro, en el que no es nunca posible sumergirnos de nuevo, no como la anterior vez que lo leímos, porque poco importa que siga siendo el mismo texto, la misma edición y hasta el mismo volumen, somos nosotros como lectores quienes hemos cambiado. Algunos pretenden que nos rindamos a una sola impuesta lectura. A un único relato de las cosas. A una sola interpretación, exclusivamente.

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