7/12/09

Ferlosio y Kundera


Alfanhuí (esa joya de Ferlosio, que escribió también Jarama), y que después se pasó a los ensayos; racionalidad, investigación, donde antes fantasía. Cuando hace unos años pasé mi momento Kundera y quise leer todo lo que hubiera escrito y encontrase del checo, fui a parar a un libro suyo de ensayo (El arte de la novela) en el que Kundera venía a sugerir que la novela propiciaba un espacio más amable en el que tratar de todo aquello que de otro modo no resultaba posible. La novela como recipiente más generoso que el ensayo. ¿Es así?
¿Consigue decir más cosas Ferlosio ahora que cuando escribía ficción?
"Son cosas distintas", me dirá alguno. ¿Son tan distintas?

Quizá es que primero se me derribó el muro que separaba la buena lectura, amena y placentera, de la lectura formativa, racional y especulativa, rigurosa y metódica. Y eso fue porque tuve la suerte de encontrarme con ensayistas y científicos y biógrafos que escribían muy bien, literariamente, y ya no pude seguir considerando que los libros de "no ficción" tuvieran que ser necesariamente aburridos, áridos o desconsiderados con la forma del lenguaje.
Quizá es porque después se me derribó otro muro que me había estado separando la ficción y la no ficción, separación que había estado basada en la presunción de que la ficción no proponía nada, mientras que la no ficción sólo proponía cosas y las proponía exclusivamente a la razón. Luego, me pareció, y me sigue pareciendo, que todo incluye algún propósito, sea consciente o no. Sea racional o emotivo.
O quizá es porque más tarde se me derribó otro muro, y comprendí que una teoría, una tesis, un empeño, se debe narrar adecuadamente para que pueda ser debidamente comprendido.
El muro que me produjo una mayor consternación, del que aún me estoy recuperando, es el que tras derribarse me permitió comprender que incluso la concepción más rigurosa y científica de las cosas no es más que un cuento, una narración que parece tener sentido, que resulta verosímil y no dejará de serlo, mientras no aparezca alguien con una más completa o más explicativa, o quizá baste que nos resulte más seductora, hasta que no traiga con él alguna nueva consideración o hallazgo o descubrimiento o susgerencia, que nos obligue a replantearnos nuestra anterior visión de las cosas; los fenómenos y las circunstancias que el ensayista atiende como personajes y que en su desarrollo se nos ganan o se nos hacen odiosos, que aumentan su credibilidad o la pierden.
Comprendo que para orientarnos nos resulten aceptables las caprichosas clasificaciones entre novela y ensayo, entre ficción y no ficción, pero yo no sé si Ferlosio dejó de escribir ficción para optar a poder decir más cosas sin renunciar en realidad a nada, o si es que de verdad se pasó a otra disciplina o instrumento, si no fue como cambiar de idioma si se dominan ambos, si Kundera tenía razón, si la tiene Ferlosio. O si una cosa y la otra no tienen nada que ver y ésta es una disquisición gratuita propia de un fin de semana largo propiciado por un puente.

(Después me paseo -navego por la red- y me encuentro esto:
http://lo-bueno-si-breve.blogspot.com/2009/12/cabeza-y-corazon-chicho-sanchez.html

y esto, que no tiene desperdicio:
http://www.ousferrats.com/2009/12/06/gracias-ferlosio-por-seguir-incendiando-el-pasto-de-los-bobos/

5 comentarios:

ricard dijo...

una apostilla, más que un comentario:
los que vengan de parte de Kundera se aburrirán con este post. Los que vengan de parte de Ferlosio reclamarán más rigor. Cosas de un puente largo.

SallanWorld dijo...

Llámeme simplista, pero para mi sigue habiendo una diferencia entre ficción y no ficción. Desde mi punto de vista, el escritor de no ficción desea que su texto sea interpretado de manera literal, y el escritor de ficción no siempre. Es curioso que algunas obras de ficción sean consideradas como de no ficción por sus lectores. Por ejemplo, los libros de Dan Brown.

Bueno, algo así. Que hoy estoy espeso...

ricard dijo...

a SallanWorld: las novelas de serie negra, parece que exigen una interpretación bastante precisa y literal. Sin embargo algunos ensayos, pongamos que La Diosa Blanca, de Graves, parecen pedir al lector cierto propensión a las interpretaciones más abiertas, menos literales.
Siguiendo este criterio que me brindas, poco clara nos quedaría delimitada una posible frontera entre ficción y no ficción.

ruso dijo...

¿Y qué más da?

dracir dijo...

Precisamente. Propongo dejar de distinguir ficción de no ficción.